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Iluminación directa
Las fuentes de luz que se dirigen a la habitación o a los objetos se denominan luz directa. Esta forma de iluminación se puede utilizar de varias maneras: por un lado, para la iluminación general y, por otro, para proporcionar luz adicional a determinadas zonas o destacarlas de forma escénica.
¿Cuál es la diferencia entre iluminación directa e indirecta?
Con la iluminación indirecta, la luz incide primero en una superficie, como la pared o el techo. Desde allí se refleja en la habitación. La luz de la iluminación indirecta es suave y sin sombras. La iluminación directa crea un cono de luz y sombras claras en función de la dirección. Las bombillas espejo son un ejemplo de fuente de luz indirecta.
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Iluminación directa del sofá con lámpara arqueada abierta.
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Iluminación indirecta mediante fuentes de luz apantalladas.
¿Qué hay que tener en cuenta con la iluminación directa?
Con la luz directa, asegúrate de que no incida directamente en los ojos y los deslumbre, por ejemplo, con un foco al subir escaleras. También debe alinearse de modo que la luz no pueda reflejarse en superficies reflectantes como las pantallas de televisión. De lo contrario, se producirá el llamado resplandor reflejado.
Ejemplos de aplicación de la luz directa
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Los focos y focos individuales iluminan, por ejemplo, la mesilla de noche o la cómoda. La luz se dirige directamente a la zona que importa. Los objetos también pueden escenificarse de este modo, por ejemplo, una figura.
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Los focos de techo de varias llamas proporcionan una iluminación ambiental completa de la sala. Es importante alinear correctamente los focos para conseguir una iluminación uniforme.
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La luz de lectura del brazo de una lámpara de techo también es una fuente de luz directa que se utiliza para iluminar una zona específica, en este caso el libro o el periódico.
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El haz de luz de las lámparas colgantes rodea la mesa de comedor y las sillas vecinas. Esto crea un ambiente acogedor y difumina suavemente el entorno.
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Las lámparas de pie para oficina suelen tener un componente de luz directa que ilumina el escritorio y un componente de luz indirecta que brilla hacia el techo y proporciona una iluminación suave de la estancia.
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Son el ejemplo perfecto de iluminación de zonas con luz directa: las lámparas de mesa. Iluminan documentos y libros y reducen así la fatiga visual.
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La iluminación de caminos es una aplicación clásica para la luz directa en zonas exteriores. Los haces luminosos de las luces de sendero se entrelazan y garantizan un sendero bien iluminado.
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Los focos de suelo de instalación permanente son ideales para escenificar la fachada. Una fachada rugosa parece lisa cuando se ilumina de frente. En cambio, un ángulo plano acentúa la estructura de una fachada de piedra o madera, por ejemplo.
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Los focos con pica flexibles son ideales para el jardín y su vegetación cambiante. Decoran parterres y arbustos iluminándolos desde abajo. Esto crea interesantes efectos de luces y sombras.
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Los grandes espacios exteriores se iluminan con focos murales de exterior con detectores de movimiento. Proporcionan una luz óptima para conducir o caminar y, gracias al sensor, sólo están en funcionamiento cuando se necesitan.
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Las superficies de trabajo bajo los armarios de cocina son un ejemplo de zona que suele estar demasiado oscura y necesita una fuente de luz adicional. Una solución son las lámparas de mueble.
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Para evitar el deslumbramiento al afeitarse, maquillarse, cepillarse los dientes o lavarse la cara, las lámparas de espejo tienen un difusor que reduce el resplandor de la fuente de luz.